Día 21.
Vigésimo primer día de la Consagración.
Etapa 3/4:
Seis días para conocer
a la santísima virgen
María
3/6 días.
Durante la segunda semana se
dedicarán en todas sus oraciones y obras de cada día a conocer a la Santísima
Virgen. Pedirán ese conocimiento al Espíritu Santo. (TVD 229)
VENI SANCTE SPÍRITUS, VENI PER MARÍAM
Esquema
inicial:
1.
Oraciones iniciales:
-Letanías del Espíritu Santo (pg. 235-237),
-Oh Santa María de Mares Estrella (Ave Maris Stella) (pg. 289)
-Santo Rosario (novedad)
-Oh Santa María de Mares Estrella (Ave Maris Stella) (pg. 289)
-Santo Rosario (novedad)
2. Evangelio:
-Jesús
nace en Belén (Lc. 2,1-40)
3. Tratado de la
Verdadera Devoción:
-TVD 257-259
4. Jaculatoria:
- “Vengo a comunicaros una bonita noticia que será motivo de mucha
alegría para todo el pueblo: hoy nació para vosotros en la ciudad de David, un
Salvador”. Lc 2, 10-11
5.
Propuesta final de una breve letanía (opcional)
ORACIONES:
Sugerencia: se puede repartir las
oraciones a lo largo del día, para evitar distracciones o tedio.
Señor,
ten piedad Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad Señor, ten piedad.
Cristo,
óyenos Cristo,
óyenos.
Cristo, escúchanos Cristo, escúchanos.
Cristo, escúchanos Cristo, escúchanos.
Dios Padre Celestial, Ten misericordia
de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo, Ten misericordia de nosotros.
Dios, Espíritu Santo, Ten misericordia de nosotros.
Trinidad Santa, un solo Dios, Ten misericordia de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo, Ten misericordia de nosotros.
Dios, Espíritu Santo, Ten misericordia de nosotros.
Trinidad Santa, un solo Dios, Ten misericordia de nosotros.
Espíritu que procede del Padre y
del Hijo,
santifícame.
Espíritu del Señor, que al comienzo de la creación,
Espíritu del Señor, que al comienzo de la creación,
planeando sobre las aguas, las fecundaste,
vivifícame.
Espíritu por inspiración del
cual han hablado los profetas,
ilumíname
Espíritu cuya unción nos enseña
todas las cosas,
purifícame
Espíritu que das testimonio de
Cristo,
lávame
Espíritu de verdad que nos
instruyes sobre todas las cosas,
renuévame
Espíritu que sobreviniste sobre
María,
purifícame
Espíritu del Señor que llena
todo el orbe,
lávame
Espíritu de Dios que habita en
nosotros,
cúrame
Espíritu de sabiduría y de entendimiento,
ilumíname
Espíritu de consejo y de
fortaleza,
restáurame
Espíritu de ciencia y de piedad,
enternéceme
Espíritu de temor del Señor,
enséñame
Espíritu de gracia y de
misericordia,
purifícame
Espíritu de fuerza, de dilección
y de sobriedad,
renuévame
Espíritu de fe, de esperanza, de
amor y de paz,
santifícame
Espíritu de humildad y de
castidad,
cúrame
Espíritu de benignidad y de
mansedumbre,
vivifícame
Espíritu de multiforme
gracia,
sáname
Espíritu que escrutas los
secretos de Dios,
ayúdame
Espíritu que ruegas por nosotros
con gemidos inenarrables,
ruega por todos
nosotros
Espíritu que descendiste sobre
Cristo en forma de paloma,
cuídame
Espíritu en el cual renacemos,
renuévame
Espíritu por el cual se difunde la caridad en nuestros corazones,
Espíritu por el cual se difunde la caridad en nuestros corazones,
cúrame
Espíritu de adopción de los
hijos de Dios,
abrázame
Espíritu que apareciste en
lenguas de fuego sobre los apóstoles,
protégeme
Espíritu con el cual fueron los
apóstoles henchidos,
lávame
Espíritu que distribuyes tus
dones a cada uno como quieres,
vivifícame
Muéstrate propicio, perdónanos,
Señor.
Muéstrate
propicio, escúchanos, Señor.
De todo mal,
líbranos, Señor.
De todo pecado,
De todo pecado,
líbranos, Señor.
De tentaciones e insidias del demonio,
De tentaciones e insidias del demonio,
líbranos, Señor.
De la presunción y desesperación,
De la presunción y desesperación,
líbranos, Señor.
De la resistencia a la verdad conocida,
De la resistencia a la verdad conocida,
líbranos, Señor.
De la obstinación y de la impenitencia,
De la obstinación y de la impenitencia,
líbranos, Señor.
De la impureza de la mente y del cuerpo,
De la impureza de la mente y del cuerpo,
líbranos, Señor.
Del espíritu de fornicación,
Del espíritu de fornicación,
líbranos, Señor.
De todo espíritu del mal,
De todo espíritu del mal,
líbranos, Señor.
Por Tu eterna procesión del Padre y del Hijo.
Por Tu eterna procesión del Padre y del Hijo.
Te rogamos
óyenos.
Por Tu descenso sobre Cristo en el Jordán.
Te rogamos
óyenos.
Por Tu advenimiento sobre los discípulos.
Te rogamos
óyenos.
En el día del juicio, nosotros pecadores.
Te rogamos
óyenos.
Para que así como vivimos del Espíritu, obremos
también por Él
Te rogamos óyenos.
Para que reacordando que somos templo del
Espíritu Santo, no lo profanemos
Te rogamos
óyenos.
Para que viviendo según el Espíritu, no cumplamos los deseos de la carne
Para que viviendo según el Espíritu, no cumplamos los deseos de la carne
Te rogamos
óyenos.
A fin de que por el Espíritu mortifiquemos las
obras de la carne.
Te rogamos
óyenos.
Para que no te contristemos a Ti, Espíritu Santo de Dios,
Para que no te contristemos a Ti, Espíritu Santo de Dios,
Te rogamos
óyenos.
Para que seamos solícitos en guardar la
unidad del Espíritu en el vínculo de la paz
Te rogamos
óyenos.
Para que no creamos a todo espíritu
Te rogamos óyenos.
Para que probemos a los espíritus si son de
Dios.
Te rogamos
óyenos.
Para que te dignes renovar en nosotros el
espíritu de rectitud
Te rogamos
óyenos.
Para que nos confirmes por tu Espíritu Soberano
Te rogamos
óyenos.
Cordero de Dios, que quitas el
pecado del mundo,
perdónanos,
Señor.
Cordero de Dios, que quitas el
pecado del mundo,
escúchanos,
Señor.
Cordero de Dios, que quitas el
pecado del mundo,
ten piedad de
nosotros.
Ave, Maris Stella
Atribuido a Fortunato, obispo de Poitiers (†609).
Salve, del mar Estrella,
de Dios Madre venerable
y siempre Virgen,
feliz puerta del Cielo.
Recibiste aquél Ave
de boca de Gabriel:
afiánzanos en paz
cambiando el nombre de Eva.
Suelta las cadenas de los reos,
da luz a los ciegos,
líbranos de nuestros males,
alcánzanos todos los bienes.
Muestra que eres nuestra Madre
que reciba de Ti nuestras preces
el que por nosotros nació
y quiso ser Hijo tuyo.
Virgen singular,
entre todas humilde.
Haz que, limpios de culpa,
seamos humildes y castos.
Danos una vida pura,
prepáranos un camino seguro.
para que, viendo a Jesús,
siempre nos alegremos.
Alabanza a Dios Padre,
la suma honra a Cristo
y al Espíritu Santo:
a los Tres un mismo honor. Amén.
Rezo del santo rosario
Si se ha rezado en otro momento del
día, es válido.
+
Lecturas
correspondientes a cada día:
Consejo: Leer o
escuchar con atención, evitando en la medida de lo posible, toda distracción.
Es aconsejable acompañarlo de pausas
para favorecer la meditación:
✠ Santo
Evangelio según San Lucas. (Lc 2, 1-40)
Nacimiento de Jesús
1Sucedió en aquellos días que salió un decreto del
emperador Augusto, ordenando que se empadronase todo el Imperio.
2 Este primer empadronamiento se hizo siendo Cirino
gobernador de Siria.
3 Y todos iban a empadronarse, cada cual a su ciudad.
4 También José, por ser de la casa y familia de
David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que
se llama Belén, en Judea,
5 para empadronarse con su esposa María, que estaba
encinta.
6 Y sucedió que, mientras estaban allí, le llegó a
ella el tiempo del parto
7 y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en
pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la
posada.
Anuncio a los pastores
8 En aquella misma región había unos pastores que
pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño.
9 De repente un ángel del Señor se les presentó; la
gloria del Señor los envolvió de claridad, y se llenaron de gran temor.
10 El ángel les dijo: «No temáis, os anuncio una buena
noticia que será de gran alegría para todo el pueblo:
11 hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un
Salvador, el Mesías, el Señor.
12 Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño
envuelto en pañales y acostado en un pesebre».
13 De pronto, en torno al ángel, apareció una legión
del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo:
14 «Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a
los hombres de buena voluntad».
15 Y sucedió que, cuando los ángeles se marcharon al
cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vayamos, pues, a Belén, y veamos
lo que ha sucedido y que el Señor nos ha comunicado».
16 Fueron corriendo y
encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre.
17 Al verlo, contaron lo que
se les había dicho de aquel niño.
18 Todos los que lo oían se
admiraban de lo que les habían dicho los pastores.
19 María, por su parte,
conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
20 Y se volvieron los
pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto,
conforme a lo que se les había dicho.
☧ Palabra del Señor… Gloria a Ti, Señor
Jesús.
⚜ TVD 257-259
SOBRE TODO ADOPTAMOS
LAS 4 PRÁCTICAS INTERIORES
QUE CONSTITUYEN LO ESENCIAL DE ESTA DEVOCIÓN PERFECTA
[257]
Además de las prácticas
exteriores de esta devoción, que acabamos de exponer -no hay que
omitirlas por negligencia ni desprecio, en la medida que lo permitan el estado
y la condición de cada uno-, existen también prácticas interiores que tienen
gran eficacia santificadora para aquellos a quienes el Espíritu Santo llama a
una elevada perfección.
Todo se
resume en obrar siempre
por María,
con María, en María y para María,
a fin de
obrar más perfectamente:
por
Jesucristo, con Jesucristo, en Jesucristo y para Jesucristo.
Obrar por María o sea obedecer a María
[258]
Hay que realizar las propias acciones por María, es decir,
es preciso obedecer en todo a María, moverse en todo a impulso del espíritu de
María, que es el Santo Espíritu de Dios. "Hijos de Dios son todos y sólo
aquellos que se dejan llevar por el Espíritu de Dios".
Los que son conducidos por el
espíritu de María, son hijos de María y, por consiguiente, hijos de Dios, como
ya hemos demostrado. Y, entre tantos devotos de la Santísima
Virgen, sólo son verdaderos y fieles
devotos suyos los que se dejan conducir por su espíritu.
He dicho que el espíritu de María es el espíritu de Dios,
porque Ella no se condujo jamás por su propio espíritu, sino por el espíritu
de Dios, el cual se posesionó en tal forma de Ella que llegó a ser su propio
espíritu. Por ello, las palabras de San Ambrosio: "More en cada uno el
alma de María, para engrandecer al Señor; more en cada uno el espíritu de María,
para regocijarse en Dios".
¡Qué dichoso quien -a ejemplo
del piadoso Hermano jesuita Alfonso Rodríguez, muerto en olor de santidad- es
totalmente poseído y es conducido por el espíritu de María! ¡Espíritu que es
suave y fuerte, celoso y prudente, humilde e intrépido, puro y fecundo!
[259]
Para dejarte conducir por el espíritu de María es preciso
que:
1o antes
de obrar -por ejemplo, antes de orar, celebrar la Misa o participar en Ella,
comulgar, etc.- renuncies a tu propio espíritu, a tus propias luces y voluntad.
Porque las tinieblas de tu propio espíritu y la malicia de tu propia voluntad y
operaciones son tales que, si las sigues, por excelentes que te parezcan,
obstaculizarán al santo espíritu de María;
2° te
entregues al Espíritu de María para ser movilizado y conducido por Él de la
manera que Ella quiera. Debes abandonarte en sus manos virginales, como la
herramienta en manos del obrero, como el laúd en manos de un tañedor. Tienes
que perderte en Ella y abandonarte a Ella como una piedra que se arroja al mar;
lo cual se hace sencillamente y en un momento, con una simple mirada del espíritu,
un ligero movimiento de la voluntad o pocas palabras, diciendo, por ejemplo:
"¡Renuncio a mí mismo y me consagro a Ti, querida Madre mía!" Y, aún cuando no sientas ninguna dulzura
sensible en este acto de unión, no por ello deja de ser verdadero; igual
que si dijeras -¡no lo permita Dios!-: "Me
entrego al diablo", con toda sinceridad, aunque lo digas sin inmutarte
sensiblemente, pertenecerías realmente al diablo;
3o durante
la acción y después de ella, renueves de tiempo en tiempo el mismo acto de
ofrecimiento y unión. Y cuanto más lo repitas, más pronto te santificarás y
llegarás a la unión con Jesucristo, unión que sigue siempre a la unión con María,
dado que el Espíritu de María es el Espíritu de Jesús.
5. Letanías de los
santos
Propuesta
opcional. Podemos cambiarlos por nuestros santos patrones.
Los santos nos ayudarán con su intercesión para concluir la consagración.
Latría
> Hiperdulía > Dulía
Kyrie Eleison (Señor ten piedad)
Christe Eleison (Cristo ten piedad)
Kyrie Eleison (Señor ten piedad)
Kyrie Eleison (Señor ten piedad)
Santa María, Reina
del Cielo, siempre Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra.....ruega por nosotros.
San José,
Patriarca protector de la Sagrada familia, varón justo y santo…..ruega por nosotros.
San Luis
María Grignon de Monfort…..ruega por nosotros.
San Juan
Pablo II…..ruega por nosotros.
San
Agustín de Hipona…..ruega por nosotros.
Santa Mónica (madre de San Agustín)…..ruega por
nosotros.
San
Rafael, San Gabriel y San Miguel…..rogad por
nosotros.
Ángel de
la guarda…..ruega por nosotros.
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