miércoles, 15 de marzo de 2017

21. CONSAGRACIÓN


Día 21.
Vigésimo primer día de la Consagración.
Etapa 3/4:
Seis días para conocer
a la santísima virgen María
3/6 días.

Durante la segunda semana se dedicarán en todas sus oraciones y obras de cada día a conocer a la Santísima Virgen. Pedirán ese conocimiento al Espíritu Santo. (TVD 229)

VENI SANCTE SPÍRITUS, VENI PER MARÍAM

Esquema inicial:
1. Oraciones iniciales:
-Letanías del Espíritu Santo (pg. 235-237),
-Oh Santa María de Mares Estrella (Ave Maris Stella) (pg. 289)
-Santo Rosario (novedad)
2. Evangelio:
-Jesús nace en Belén (Lc. 2,1-40)
3. Tratado de la Verdadera Devoción:
-TVD 257-259
4. Jaculatoria:
- “Vengo a comunicaros una bonita noticia que será motivo de mucha alegría para todo el pueblo: hoy nació para vosotros en la ciudad de David, un Salvador”. Lc 2, 10-11
5. Propuesta final de una breve letanía (opcional)

ORACIONES:
Sugerencia: se puede repartir las oraciones a lo largo del día, para evitar distracciones o tedio.

Señor,       ten piedad       Señor,       ten piedad.
Cristo,       ten piedad       Cristo,       ten piedad.
Señor,       ten piedad       Señor,      ten piedad.

Cristo,       óyenos              Cristo,       óyenos.
Cristo,       escúchanos       Cristo,     escúchanos.

Dios Padre Celestial,       Ten misericordia de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo,       Ten misericordia de nosotros.
Dios, Espíritu Santo,       Ten misericordia de nosotros.
Trinidad Santa, un solo Dios,       Ten misericordia de nosotros.

Espíritu que procede del Padre y del Hijo,
santifícame.
Espíritu del Señor, que al comienzo de la creación,
planeando sobre las aguas, las fecundaste,
vivifícame.
Espíritu por inspiración del cual han hablado los profetas,
ilumíname
Espíritu cuya unción nos enseña todas las cosas,
purifícame
Espíritu que das testimonio de Cristo,
lávame
Espíritu de verdad que nos instruyes sobre todas las cosas,
renuévame
Espíritu que sobreviniste sobre María, 
purifícame
Espíritu del Señor que llena todo el orbe,
lávame
Espíritu de Dios que habita en nosotros,
cúrame
Espíritu de sabiduría y de entendimiento, 
ilumíname     
Espíritu de consejo y de fortaleza,
restáurame
Espíritu de ciencia y de piedad,
enternéceme
Espíritu de temor del Señor,
enséñame
Espíritu de gracia y de misericordia, 
purifícame
Espíritu de fuerza, de dilección y de sobriedad,
renuévame
Espíritu de fe, de esperanza, de amor y de paz,
santifícame
Espíritu de humildad y de castidad,
cúrame
Espíritu de benignidad y de mansedumbre,
vivifícame
Espíritu de multiforme gracia, 
sáname
Espíritu que escrutas los secretos de Dios,
ayúdame
Espíritu que ruegas por nosotros con gemidos inenarrables,
ruega por todos nosotros
Espíritu que descendiste sobre Cristo en forma de paloma,
cuídame
Espíritu en el cual renacemos,
renuévame
Espíritu por el cual se difunde la caridad en nuestros corazones,
cúrame
Espíritu de adopción de los hijos de Dios,
abrázame
Espíritu que apareciste en lenguas de fuego sobre los apóstoles,
protégeme
Espíritu con el cual fueron los apóstoles henchidos,
lávame
Espíritu que distribuyes tus dones a cada uno como quieres,
vivifícame

Muéstrate propicio,       perdónanos, Señor.
Muéstrate propicio,       escúchanos, Señor.

De todo mal,      
líbranos, Señor.
De todo pecado,
líbranos, Señor.
De tentaciones e insidias del demonio,      
líbranos, Señor.
De la presunción y desesperación,      
líbranos, Señor.
De la resistencia a la verdad conocida,
líbranos, Señor.
De la obstinación y de la impenitencia,      
líbranos, Señor.
De la impureza de la mente y del cuerpo,      
líbranos, Señor.
Del espíritu de fornicación,      
líbranos, Señor.
De todo espíritu del mal,             
líbranos, Señor.

Por Tu eterna procesión del Padre y del Hijo.
Te rogamos óyenos.
Por Tu descenso sobre Cristo en el Jordán.
Te rogamos óyenos.
Por Tu advenimiento sobre los discípulos.
Te rogamos óyenos.
En el día del juicio, nosotros pecadores.
Te rogamos óyenos.

Para que así como vivimos del Espíritu, obremos también por Él
Te rogamos óyenos.
Para que reacordando que somos templo del Espíritu Santo, no lo profanemos
Te rogamos óyenos.
Para que viviendo según el Espíritu, no cumplamos los deseos de la carne
Te rogamos óyenos.
A fin de que por el Espíritu mortifiquemos las obras de la carne.
Te rogamos óyenos.
Para que no te contristemos a Ti, Espíritu Santo de Dios,
Te rogamos óyenos.
Para que seamos solícitos en guardar la  unidad del Espíritu en el vínculo de la paz
Te rogamos óyenos.
Para que no creamos a todo espíritu
Te rogamos óyenos.
Para que probemos a los espíritus si son de Dios. 
Te rogamos óyenos.
Para que te dignes renovar en nosotros el espíritu de rectitud
Te rogamos óyenos.
Para que nos confirmes por tu Espíritu Soberano
Te rogamos óyenos.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,             
perdónanos,  Señor. 
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
escúchanos, Señor.  
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.

Ave, Maris Stella
Atribuido a Fortunato, obispo de Poitiers (†609).

Salve, del mar Estrella,
de Dios Madre venerable
y siempre Virgen,
feliz puerta del Cielo.

Recibiste aquél Ave
de boca de Gabriel:
afiánzanos en paz
cambiando el nombre de Eva.

Suelta las cadenas de los reos,
da luz a los ciegos,
líbranos de nuestros males,
alcánzanos todos los bienes.

Muestra que eres nuestra Madre
que reciba de Ti nuestras preces
el que por nosotros nació
y quiso ser Hijo tuyo.

Virgen singular,
entre todas humilde.
Haz que, limpios de culpa,
seamos humildes y castos.

Danos una vida pura,
prepáranos un camino seguro.
para que, viendo a Jesús,
siempre nos alegremos.

Alabanza a Dios Padre,
la suma honra a Cristo
y al Espíritu Santo:
a los Tres un mismo honor. Amén.

Rezo del santo rosario
Si se ha rezado en otro momento del día, es válido.
+

Lecturas correspondientes a cada día:
Consejo: Leer o escuchar con atención, evitando en la medida de lo posible, toda distracción. Es aconsejable acompañarlo de pausas  para favorecer la meditación:

Santo Evangelio según San Lucas. (Lc 2, 1-40)
Nacimiento de Jesús
1Sucedió en aquellos días que salió un decreto del emperador Augusto, ordenando que se empadronase todo el Imperio.
2 Este primer empadronamiento se hizo siendo Cirino gobernador de Siria.
3 Y todos iban a empadronarse, cada cual a su ciudad.
4 También José, por ser de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea,
5 para empadronarse con su esposa María, que estaba encinta.
6 Y sucedió que, mientras estaban allí, le llegó a ella el tiempo del parto
7 y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada.

Anuncio a los pastores
8 En aquella misma región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño.
9 De repente un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad, y se llenaron de gran temor.
10 El ángel les dijo: «No temáis, os anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo:
11 hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor.
12 Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre».
13 De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo:
14 «Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad».
15 Y sucedió que, cuando los ángeles se marcharon al cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vayamos, pues, a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha comunicado».
16 Fueron corriendo y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre.
17 Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño.
18 Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores.
19 María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
20 Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho.

Palabra del Señor… Gloria a Ti, Señor Jesús.

TVD 257-259
SOBRE TODO ADOPTAMOS
LAS 4 PRÁCTICAS INTERIORES  QUE CONSTITUYEN LO ESENCIAL DE ESTA DEVOCIÓN PERFECTA

[257]
Además de las prácticas exteriores de esta  devoción, que acabamos de exponer -no hay que omitirlas por negligencia ni desprecio, en la medida que lo permitan el estado y la condición de cada uno-, existen también prácticas interiores que tienen gran eficacia santificadora para aquellos a quienes el Espíritu Santo llama a una elevada perfección.
Todo se resume en obrar siempre
por María, con María, en María y para María,
a fin de obrar más perfectamente:
por Jesucristo, con Jesucristo, en Jesucristo y para Jesucristo.

Obrar por María o sea obedecer a María
[258]
Hay que realizar las propias acciones por María, es decir, es preciso obedecer en todo a María, moverse en todo a impulso del espíritu de María, que es el Santo Espíritu de Dios. "Hijos de Dios son todos y sólo aquellos que se dejan llevar por el Espíritu de Dios".
Los que son conducidos por el espíritu de María, son hijos de María y, por consiguiente, hijos de Dios, como ya hemos demostrado. Y, entre tantos devotos de la Santísima   Virgen,  sólo  son  verdaderos  y   fieles devotos suyos los que se dejan conducir por su espíritu.
He dicho que el espíritu de María es el espíritu de Dios, porque Ella no se condujo jamás por su  propio espíritu, sino por el espíritu de Dios, el cual se posesionó en tal forma de Ella que llegó a ser su propio espíritu. Por ello, las palabras de San Ambrosio: "More en cada uno el alma de María, para engrandecer al Señor; more en cada uno el espíritu de María, para regocijarse en Dios".

¡Qué dichoso quien -a ejemplo del piadoso Hermano jesuita Alfonso Rodríguez, muerto en olor de santidad- es totalmente poseído y es conducido por el espíritu de María! ¡Espíritu que es suave y fuerte, celoso y prudente, humilde e intrépido, puro y fecundo!

[259]
Para dejarte conducir por el espíritu de María es preciso que:
1o antes de obrar -por ejemplo, antes de orar, celebrar la Misa o participar en Ella, comulgar, etc.- renuncies a tu propio espíritu, a tus propias luces y voluntad. Porque las tinieblas de tu propio espíritu y la malicia de tu propia voluntad y operaciones son tales que, si las sigues, por excelentes que te parezcan, obstaculizarán al santo espíritu de María;

te entregues al Espíritu de María para ser movilizado y conducido por Él de la manera que Ella quiera. Debes abandonarte en sus manos virginales, como la herramienta en manos del obrero, como el laúd en manos de un tañedor. Tienes que perderte en Ella y abandonarte a Ella como una piedra que se arroja al mar; lo cual se hace sencillamente y en un momento, con una simple mirada del espíritu, un ligero movimiento de la voluntad o pocas palabras, diciendo, por ejemplo: "¡Renuncio a mí mismo y me consagro a Ti, querida Madre mía!" Y, aún cuando no sientas ninguna dulzura sensible en este acto de unión, no por ello deja de ser verdadero; igual que si dijeras -¡no lo permita Dios!-: "Me entrego al diablo", con toda sinceridad, aunque lo digas sin inmutarte sensible­mente, pertenecerías realmente al diablo;

3o durante la acción y después de ella, renueves de tiempo en tiempo el mismo acto de ofrecimiento y unión. Y cuanto más lo repitas, más pronto te santificarás y llegarás a la unión con Jesucristo, unión que sigue siempre a la unión con María, dado que el Espíritu de María es el Espíritu de Jesús.

5. Letanías de los santos
Propuesta opcional. Podemos cambiarlos por nuestros santos patrones. Los santos nos ayudarán con su intercesión para concluir la consagración.

Latría > Hiperdulía > Dulía

Kyrie Eleison (Señor ten piedad)
Christe Eleison (Cristo ten piedad)
Kyrie Eleison
(Señor ten piedad)

Santa María, Reina del Cielo, siempre Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra.....ruega por nosotros.

San José, Patriarca protector de la Sagrada familia, varón justo y santo…..ruega por nosotros.

San Luis María Grignon de Monfort…..ruega por nosotros.
San Juan Pablo II…..ruega por nosotros.
San Agustín de Hipona…..ruega por nosotros.
Santa Mónica (madre de San Agustín)…..ruega por nosotros.

San Rafael, San Gabriel y San Miguel…..rogad por nosotros.
Ángel de la guarda…..ruega por nosotros.


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