Día 20.
Vigésimo día de la Consagración
Seis días para conocer
a la santísima virgen María
2/6 días.
Durante
la segunda semana se dedicarán en todas sus oraciones y obras de cada día a
conocer a la Santísima Virgen. Pedirán ese conocimiento al Espíritu Santo. (TVD
229)
Esquema inicial:
1. Oraciones iniciales:
- Letanías
del Espíritu Santo (pg. 235-237),
- Ave
Maris Stella (pg.289)
- Santo Rosario (novedad)
- Santo Rosario (novedad)
2. Evangelio:
- La
Virgen María visita a Isabel (Lc. 1,39-56)
3. Tratado de la Verdadera Devoción:
- TVD
109-110
4. Jaculatoria:
- “¿Quién soy yo para que me visite la Madre de mi Señor?”.
Lc 1, 38
Lecturas
correspondientes a cada día:
Consejo: Leer o
escuchar con atención, evitando en la medida de lo posible, toda distracción.
Es aconsejable acompañarlo de pausas
para favorecer la meditación:
✠ Santo
Evangelio según San Lucas.
(Lc 1, 39-56)
(Lc 1, 39-56)
39 En aquellos mismos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá;
40 entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
41 Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel de Espíritu Santo
42 y, levantando la voz, exclamó: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!
43 ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?
44 Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre.
45 Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».
46 María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor,
47 se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
48 porque ha mirado la humildad de su esclava. | Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
47 se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
48 porque ha mirado la humildad de su esclava. | Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
49 porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí: | su
nombre es santo,
50 y su misericordia llega a sus fieles de generación
en generación.
51 Él hace proezas con su brazo: | dispersa a los
soberbios de corazón,
52 derriba del trono a los poderosos |
y enaltece a los humildes,
53 a los hambrientos los colma de bienes | y a
los ricos los despide vacíos.
54 Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la
misericordia
55 —como lo había prometido a nuestros padres—
| en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».
56 María se quedó con ella
unos tres meses y volvió a su casa.
☧ Palabra del Señor… Gloria a Ti, Señor
Jesús.
⚜ TVD 109-110
⚜ Ave María purísima, sin pecado concebida.
Devoción
constante.
[109]
La verdadera devoción a la Santísima Virgen es constante.
Te consolida en el bien y hace que no abandones fácilmente las prácticas de
devoción.
Te anima para que puedas oponerte a lo mundano y sus costumbres y máximas; a lo carnal y sus molestias y pasiones; al diablo y sus tentaciones. De suerte que, si eres verdaderamente devoto de la Santísima Virgen, huirán de ti la veleidad, la melancolía, los escrúpulos y la cobardía.
Te anima para que puedas oponerte a lo mundano y sus costumbres y máximas; a lo carnal y sus molestias y pasiones; al diablo y sus tentaciones. De suerte que, si eres verdaderamente devoto de la Santísima Virgen, huirán de ti la veleidad, la melancolía, los escrúpulos y la cobardía.
Lo que no quiere decir que no caiga algunas veces ni experimentes
cambios en tu devoción sensible. Pero, si caes, te levantarás tendiendo la mano
a tu bondadosa Madre; si pierdes el gusto y la devoción sensibles, no te
acongojarás por ello. Porque el justo y fiel devoto de María vive de la fe de
Jesús y de María, y no de los sentimientos corporales.
Devoción
desinteresada.
[110]
Por último, la verdadera devoción a la Santísima Virgen es
desinteresada. Es decir, te inspirará no buscarte a ti mismo, sino sólo a Dios
en su Santísima Madre. El verdadero devoto de María no sirve a esta augusta
Reina por espíritu de lucro o interés ni por su propio bien temporal o eterno,
corporal o espiritual, sino únicamente porque Ella merece ser servida y sólo
Dios en Ella. Ama a María, pero no por los favores que recibe o espera recibir
de Ella, sino porque Ella es amable. Por eso la ama con la misma fidelidad en
los sinsabores y sequedades que en las dulzuras y fervores sensibles. La ama lo
mismo en el Calvario que en las bodas de Caná.
¡Ah! ¡Cuán agradable y precioso es delante de Dios y de su
Santísima Madre el devoto de María que no se busca a sí mismo en los servicios
que le presta! Pero ¡qué pocos hay así! Para que no sea tan reducido ese número,
estoy escribiendo lo que durante tantos años he enseñado en mis
misiones públicas y privadamente con no escaso fruto.
⚜ TOTUS
TUUS
Todo tuyo
Totus
tuus ego sum
et omnia
mea tua sunt.
Accípio
te in mea omnia.
Præbe
mihi cor tuum, María!
Soy todo
tuyo
y todo
lo mío es tuyo.
Te
recibo como mi todo.
¡Dame tu
corazón, María!
Bendito y alabado sea Jesucristo.
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