Día 30.
Trigésimo día de la Consagración.
Etapa 4/4:
Seis días para conocer
a Jesucristo
6/6 días
ÚLTIMO
DÍA DE LA CONSAGRACIÓN
Esquema inicial:
1. Oraciones iniciales:
-Letanías
del Espíritu Santo (pgs. 235-237),
-Oh Santa María de Mares Estrella (Ave Maris Stella) (pg. 289)
-Letanías del Nombre de Jesús (novedad)
-Oh Santa María de Mares Estrella (Ave Maris Stella) (pg. 289)
-Letanías del Nombre de Jesús (novedad)
Hoy meditaremos:
2. Evangelio: La resurrección de Jesucristo Jn.
20,1-31
3. Tratado de la Verdadera Devoción: TVD 270-273.
4. Jaculatoria: "Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy
yo en medio de ellos" Mt. 18,20
✠ Santo Evangelio según San Juan
Jn 20,1-31
La
resurrección
El
primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando
aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a
correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús
amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo
han puesto».
Salieron
Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro.
Los
dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y
llegó primero al sepulcro;
e,
inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró.
Llegó
también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos
tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos,
sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces
entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio
y creyó.
Pues
hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de
entre los muertos.
Los
dos discípulos se volvieron a casa.
Jesús se
aparece a María Magdalena
Estaba
María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al
sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera
y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos
le preguntan: «Mujer, ¿por qué lloras?». Ella les contesta: «Porque se han
llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto».
Dicho
esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús
le dice: «Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?». Ella, tomándolo por el
hortelano, le contesta: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has
puesto y yo lo recogeré».
Jesús
le dice: «¡María!». Ella se vuelve y le dice: «¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!».
Jesús
le dice: «No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero, anda, ve a
mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios
vuestro”».
María
la Magdalena fue y anunció a los discípulos: «He visto al Señor y ha dicho esto».
Jesús se
aparece a los discípulos
Al
anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una
casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús,
se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros».
Y,
diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron
de alegría al ver al Señor.
Jesús
repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y,
dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes
les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis,
les quedan retenidos».
Jesús y
Tomás
Tomás,
uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús.
Y los
otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Pero él les contestó: «Si
no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de
los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo».
A los
ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús,
estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros».
Luego
dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi
costado; y no seas incrédulo, sino creyente».
Contestó
Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!».
Jesús
le dijo: «¿Por que me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin
haber visto».
El propósito
de este libro
Muchos
otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los
discípulos.
Estos
han sido escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y
para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.
☧ Palabra del Señor… Gloria a Ti, Señor Jesús
TVD 270 al 273
⚜ Ave María purísima, sin pecado concebida.
Después de Comulgar
[270]
Después de la Sagrada Comunión, estándo recogido
interiormente y cerrados los ojos, introducirás a Jesucristo en el corazón de
María. Se lo entregarás a su Madre, quien lo recibirá con amor, lo tratará como
Él lo merece, lo adorará con todo su ser, lo amará perfectamente, lo abrazará
estrechamente y le rendirá en espíritu y verdad, muchos obsequios que
desconocemos a causa de nuestras espesas tinieblas.
[271]
O te mantendrás profundamente humillado dentro de ti
mismo, en presencia de Jesús que mora en María.
O permanecerás como el esclavo a la puerta del palacio del
Rey, quien dialoga con la Reina. Y mientras Ellos hablan entre sí, dado que no
te necesitan, subirás en espíritu al Cielo e irás por toda la tierra a rogar a
las criaturas que den gracias, adoren y amen a Jesús y a María en nombre tuyo:
"Vengan, adoremos, etc.".
[272]
O pedirás tú mismo a Jesús, en unión con María, la llegada
de su Reino a la tierra por me-dio de su Santísima Madre, o la divina Sabiduría,
o el amor divino, o el perdón de tus pecados, o alguna otra gracia, pero siempre
por María y en María, diciendo,
mientras fijas los ojos en tu miseria: "No mires, Señor, mis
pecados", sino las virtudes y méritos de María. Y, acordándote de tus
pecados, añadirás: "Es obra de un enemigo". Yo soy mi mayor enemigo,
yo cometí esos pecados. O también: "Sálvame del hombre traidor y
malvado", que soy yo mismo. O bien: "Jesús mío, conviene que Tú
crezcas en mi alma y que yo disminuya": María, es necesario que tú crezcas
en mi alma y que yo sea menos que nunca. "Crezcan y multiplíquense". ¡Oh
Jesús! ¡Oh María! ¡Crezcan en mí! ¡Multiplíquense fuera, en los demás!
[273]
Hay mil pensamientos más, que el Espíritu Santo sugiere, y
te sugerirá también a ti, si eres de verdad hombre interior, mortificado, y
fiel a la excelente y sublime devoción que acabo de enseñarte. Pero acuérdate
de que cuanto más permitas a María obrar en tu Comunión, tanto más glorificado
será Jesucristo. Y de que tanto más dejas obrar a María para Jesús, y a Jesús
en María, cuanto más profundamente te humilles y los escuches en paz y
silencio, sin inquietarte por ver, gustar o sentir. Porque el justo vive en
todo de la fe, y particularmente en la Sagrada Comunión, que es acto de fe:
"Mi justo vive de su fidelidad".
⚜ TOTUS
TUUS
Todo tuyo
Totus
tuus ego sum
et omnia
mea tua sunt.
Accípio
te in mea omnia.
Præbe
mihi Cor tuum, María!
Soy todo
tuyo
y todo
lo mío es tuyo.
Te
recibo como mi todo.
¡Dame tu
Corazón, María!
✠ Bendito y alabado sea Jesucristo.
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