sábado, 18 de marzo de 2017

DÍA 24


Día 24.Vigésimo cuarto día de la Consagración.
Etapa 3/4:
Seis días para conocer
a la santísima virgen María
6/6 días

Durante esta etapa, dedicaremos todas nuestras oraciones y obras a conocer a la Santísima Virgen. Pediremos este conocimiento al Espíritu Santo. (TVD 229)

VENI SANCTE SPÍRITUS, VENI PER MARÍAM
VEN ESPÍRITU SANTO, VEN POR MARÍA

Esquema inicial:
1. Oraciones iniciales:
-Letanías del Espíritu Santo (pg. 235-237),
-Oh Santa María de Mares Estrella (Ave Maris Stella) (pg. 289)
-Santo Rosario (novedad)
2. Evangelio:
-La Madre de Jesús es nuestra Madre (Jn 19, 17-27)
3. Tratado de la Verdadera Devoción:
-TVD 265
4. Jaculatoria:
       - “Ahí tienes a tu Madre. Y desde esa hora el discípulo la tuvo en su casa” (Jn 19,27)

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Lecturas correspondientes a cada día:
Consejo: Leer o escuchar con atención, evitando en la medida de lo posible, toda distracción. Es aconsejable acompañarlo de pausas  para favorecer la meditación:

Santo Evangelio según San Juan. (Jn. 19, 17-42)
El Calvario
Tomaron a Jesús,
17 y, cargando él mismo con la cruz, salió al sitio llamado «de la Calavera» (que en hebreo se dice Gólgota),
18 donde lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado, y en medio, Jesús.
19 Y Pilato escribió un letrero y lo puso encima de la cruz; en él estaba escrito: «Jesús, el Nazareno, el rey de los judíos».
20 Leyeron el letrero muchos judíos, porque estaba cerca el lugar donde crucificaron a Jesús, y estaba escrito en hebreo, latín y griego.
21 Entonces los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato: «No escribas “El rey de los judíos”, sino: “Este ha dicho: Soy el rey de los judíos”».
22 Pilato les contestó: «Lo escrito, escrito está».
23 Los soldados, cuando crucificaron a Jesús, cogieron su ropa, haciendo cuatro partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura, tejida toda de una pieza de arriba abajo.
24 Y se dijeron: «No la rasguemos, sino echémosla a suerte, a ver a quién le toca». Así se cumplió la Escritura: «Se repartieron mis ropas y echaron a suerte mi túnica». Esto hicieron los soldados.
25 Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena.
26 Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo».
27 Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio.

Palabra del Señor… Gloria a Ti, Señor Jesús.

TVD 265
Imagen de una de las Cantigas de Santa María del rey Alfonso X el sabio.

[265]
Obramos para María. Estamos al servicio de María.
Finalmente, hay que hacerlo todo para María. Estando totalmente consagrado a su servicio, es justo que lo realices todo para María, como lo harían el criado, el siervo y el esclavo con su patrón. No que la tomes por el fin último de tus servicios -que lo es únicamente Jesucristo-, sino como el fin próximo, ambiente misterioso y camino fácil para llegar a Él.

Conviene, pues, que no te quedes ocioso, sino que actúes como el buen siervo y esclavo. Es decir, que, apoyado en su protección, emprendas y realices grandes empresas por esta augusta Soberana.

En concreto, debes defender sus privilegios[2] cuando se los disputan;
defender su gloria cuando la atacan; atraer, a ser posible, a todo el mundo a su servicio y a esta verdadera y sólida devoción;
hablar y levantar el grito contra quienes abusan de su devoción para ultrajar a su Hijo y -al mismo tiempo- establecer en el mundo esta verdadera devoción;
y no esperar, en recompensa de tu humilde servicio, sino el honor de pertenecer a tan noble Princesa y la dicha de vivir unido, por medio de Ella, a Jesús, su Hijo, con lazo indisoluble en el tiempo y la eternidad. 
Bandera de guerra de Santa Juana de Arco
¡Gloria a Jesús en María!
¡Gloria a María en Jesús!
¡Gloria a solo Dios!




TOTUS TUUS
Todo tuyo

Totus tuus ego sum
et omnia mea tua sunt.
Accípio te in mea omnia.
Præbe mihi cor tuum, María!

Soy todo tuyo
y todo lo mío es tuyo.
Te recibo como mi todo.
¡Dame tu corazón, María!

Bendito y alabado sea Jesucristo.


[2] La defensa de todos sus privilegios, pero en especial su perpetua virginidad.

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