jueves, 16 de marzo de 2017

22.Vigésimo segundo día de la consagración



Día 22.Vigésimo segundo día de la Consagración.
Etapa 3/4:
Seis días para conocer
a la santísima virgen María
4/6 días
Durante la segunda semana[1] se dedicarán en todas sus oraciones y obras de cada día a conocer a la Santísima Virgen. Pedirán ese conocimiento al Espíritu Santo. (TVD 229)

VENI SANCTE SPÍRITUS, VENI PER MARÍAM
VEN ESPÍRITU SANTO, VEN POR MARÍA

Esquema inicial:
1. Oraciones iniciales:
-Letanías del Espíritu Santo (pg. 235-237),
-Oh Santa María de Mares Estrella (Ave Maris Stella) (pg. 289)
-Santo Rosario (novedad)
2. Evangelio:
-Jesús nace en Belén (Lc. 2, 41-52)
3. Tratado de la Verdadera Devoción:
-TVD 260-261
4. Jaculatoria:
       - “Jesús bajó con ellos a Nazareth y siguió bajo su autoridad. Y su Madre conservaba en su corazón todos estos recuerdos” (Lc. 2, 51)
5. Propuesta final de una breve letanía (opcional)

ORACIONES:
Sugerencia: se puede repartir las oraciones a lo largo del día, para evitar distracciones o tedio.

Señor,       ten piedad       Señor,       ten piedad.
Cristo,       ten piedad       Cristo,       ten piedad.
Señor,       ten piedad       Señor,      ten piedad.

Cristo,       óyenos              Cristo,       óyenos.
Cristo,       escúchanos       Cristo,     escúchanos.

Dios Padre Celestial,       Ten misericordia de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo, Ten misericordia de nosotros.
Dios, Espíritu Santo,       Ten misericordia de nosotros.
Trinidad Santa, un solo Dios,       Ten misericordia de nosotros.

Espíritu que procede del Padre y del Hijo,
santifícame.
Espíritu del Señor, que al comienzo de la creación,
planeando sobre las aguas, las fecundaste,
vivifícame.
Espíritu por inspiración del cual han hablado los profetas,
ilumíname
Espíritu cuya unción nos enseña todas las cosas,
purifícame
Espíritu que das testimonio de Cristo,
lávame
Espíritu de verdad que nos instruyes sobre todas las cosas,
renuévame
Espíritu que sobreviniste sobre María, 
purifícame
Espíritu del Señor que llena todo el orbe,
lávame
Espíritu de Dios que habita en nosotros,
cúrame
Espíritu de sabiduría y de entendimiento, 
ilumíname     
Espíritu de consejo y de fortaleza,
restáurame
Espíritu de ciencia y de piedad,
enternéceme
Espíritu de temor del Señor,
enséñame
Espíritu de gracia y de misericordia, 
purifícame
Espíritu de fuerza, de dilección y de sobriedad,
renuévame
Espíritu de fe, de esperanza, de amor y de paz,
santifícame
Espíritu de humildad y de castidad,
cúrame
Espíritu de benignidad y de mansedumbre,
vivifícame
Espíritu de multiforme gracia, 
sáname
Espíritu que escrutas los secretos de Dios,
ayúdame
Espíritu que ruegas por nosotros con gemidos inenarrables,
ruega por todos nosotros
Espíritu que descendiste sobre Cristo en forma de paloma,
cuídame
Espíritu en el cual renacemos,
renuévame
Espíritu por el cual se difunde la caridad en nuestros corazones,
cúrame
Espíritu de adopción de los hijos de Dios,
abrázame
Espíritu que apareciste en lenguas de fuego sobre los apóstoles,
protégeme
Espíritu con el cual fueron los apóstoles henchidos,
lávame
Espíritu que distribuyes tus dones a cada uno como quieres,
vivifícame

Muéstrate propicio,       perdónanos, Señor.
Muéstrate propicio,       escúchanos, Señor.

De todo mal,      
líbranos, Señor.
De todo pecado,
líbranos, Señor.
De tentaciones e insidias del demonio,      
líbranos, Señor.
De la presunción y desesperación,      
líbranos, Señor.
De la resistencia a la verdad conocida,
líbranos, Señor.
De la obstinación y de la impenitencia,      
líbranos, Señor.
De la impureza de la mente y del cuerpo,      
líbranos, Señor.
Del espíritu de fornicación,      
líbranos, Señor.
De todo espíritu del mal,             
líbranos, Señor.

Por Tu eterna procesión del Padre y del Hijo.
Te rogamos óyenos.
Por Tu descenso sobre Cristo en el Jordán.
Te rogamos óyenos.
Por Tu advenimiento sobre los discípulos.
Te rogamos óyenos.
En el día del juicio, nosotros pecadores.
Te rogamos óyenos.

Para que así como vivimos del Espíritu, obremos también por Él
Te rogamos óyenos.
Para que reacordando que somos templo del Espíritu Santo, no lo profanemos
Te rogamos óyenos.
Para que viviendo según el Espíritu, no cumplamos los deseos de la carne
Te rogamos óyenos.
A fin de que por el Espíritu mortifiquemos las obras de la carne.
Te rogamos óyenos.
Para que no te contristemos a Ti, Espíritu Santo de Dios,
Te rogamos óyenos.
Para que seamos solícitos en guardar la  unidad del Espíritu en el vínculo de la paz
Te rogamos óyenos.
Para que no creamos a todo espíritu
Te rogamos óyenos.
Para que probemos a los espíritus si son de Dios. 
Te rogamos óyenos.
Para que te dignes renovar en nosotros el espíritu de rectitud
Te rogamos óyenos.
Para que nos confirmes por tu Espíritu Soberano
Te rogamos óyenos.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,             
perdónanos,  Señor. 
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
escúchanos, Señor.  
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.

Ave Maris Stella
Salve Estrella del mar,
Santa Madre de Dios
y siempre Virgen,
feliz Puerta del cielo.

Tú que has recibido
el saludo de Gabriel,
y has cambiado el nombre de Eva,
establécenos en la paz.

Rompe las ataduras de los pecadores,
da luz a los ciegos,
aleja de nosotros los males
y alcánzanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre:
reciba nuestras súplicas
por medio de Ti,
Aquél que, naciendo por nosotros,
aceptó ser Hijo tuyo.

¡Oh, Virgen incomparable!
¡Amable como ninguna!
Haz que,
libres de nuestras culpas,
permanezcamos humildes y castos.

Danos una vida limpia,
prepáranos un camino seguro;
para que viendo a Jesús,
nos alegremos eternamente contigo.

Demos alabanza
a Dios Padre,
gloria a Cristo Soberano
y también al Santo Espíritu,
a los Tres un mismo honor. Amén.

Rezo del santo rosario
Si se ha rezado en otro momento del día, es válido.
+

Lecturas correspondientes a cada día:
Consejo: Leer o escuchar con atención, evitando en la medida de lo posible, toda distracción. Es aconsejable acompañarlo de pausas  para favorecer la meditación:

Santo Evangelio según San Lucas. (Lc 2, 41-42)

Jesús visita el templo a los doce años 
41 Sus padres solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua.
42 Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre
43 y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
44 Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos;
45 al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo.
46 Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas.
47 Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
48 Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados».
49 Él les contestó: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?».
50 Pero ellos no comprendieron lo que les dijo.
51 Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos. Su madre conservaba todo esto en su corazón.
52 Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.

Palabra del Señor… Gloria a Ti, Señor Jesús.

TVD 260-261
Obramos con María: le imitamos
[260]
Hay que realizar las propias acciones con María, es decir, mirando a María como el modelo acabado de toda virtud y perfección, formado por el Espíritu Santo, en una pura creatura, para que lo imites según tus limitadas capacidades. Es, pues, necesario que en cada acción mires cómo la hizo o la haría la Santísima Virgen si estuviera en tu lugar.
Para esto debes examinar y meditar las grandes virtudes que Ella practicó durante toda su vida, y particularmente:
1º su fe viva, por la cual creyó sin vacilar en la palabra del Ángel y siguió creyendo fiel y constantemente hasta el pie de la cruz en el Calvario;
su humildad profunda, que la llevó siempre a ocultarse, callarse, someterse en todo y colocarse en el último lugar;
su pureza totalmente divina, que no ha tenido ni tendrá igual sobre la tierra; y finalmente,
4º todas sus demás virtudes. 

Recuerda -te lo repito- que María es el grandioso y único molde de Dios apto para hacer imágenes vivas de Dios a poca costa y en poco tiempo. Quien halla este molde y se pierde en él, muy pronto se transformará en Jesucristo, a quien este molde representa perfectamente.


Obramos en María: le pedimos ayuda
[261] 
Hay que realizar las propias acciones en María. Para comprender bien esta práctica es preciso recordar:
1º Que la Santísima Virgen es el verdadero Paraíso terrestre del nuevo Adán. El antiguo paraíso era solamente una figura de éste.
*Hay en este Paraíso riquezas, hermosuras, maravillas y dulzuras inexplicables, dejadas en Él por el nuevo Adán, Jesucristo. Allí encontró Él sus complacencias durante nueve meses, realizó maravillas e hizo alarde de sus riquezas con la magnificencia de un Dios.
*Este lugar santísimo fue construido sola-mente con una tierra virginal e inmaculada, de la cual fue formado y alimentado el nuevo Adán sin ninguna mancha de inmundicia, por obra del Espíritu Santo que en Él habita.
*En este Paraíso terrestre se halla el verdadero árbol de vida, que produjo a Jesucristo, fruto de vida; allí, el árbol de la ciencia del bien y del mal, que ha dado la luz al mundo.
*Hay en este divino lugar árboles plantados por la mano de Dios, regados por su unción celestial, y que han dado, y siguen dando día tras día, frutos de exquisito sabor.
*Hay allí jardines esmaltados de bellas y diferentes flores de virtud que exhalan un perfume tal, que embalsama a los mismos Ángeles.
*Hay en este lugar verdes praderas de esperanza, torres inexpugnables de fortaleza, moradas llenas de encanto y seguridad, etc. Sólo el Espíritu Santo puede dar a conocer la verdad que se oculta bajo estas figuras de cosas materiales.
*Se respira en este lugar un aire puro e incontaminado de pureza, brilla el día hermoso y sin noche de la santa humanidad, irradia el sol hermoso y sin sombras de la divinidad, arde el horno encendido e inextinguible de la caridad -en el que el hierro se inflama y transforma en oro-, corre tranquilo el río de la humildad, que brota de la tierra y, dividiéndose en cuatro brazos, riega todo este delicioso lugar: son las cuatro virtudes cardinales.

5. Letanías de los santos
Propuesta opcional. Podemos cambiarlos por nuestros santos patrones. Los santos nos ayudarán con su intercesión para concluir la consagración.

Latría > Hiperdulía > Dulía

Kyrie Eleison (Señor ten piedad)
Christe Eleison (Cristo ten piedad)
Kyrie Eleison
(Señor ten piedad)

Santa María, Reina del Cielo, siempre Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra.....ruega por nosotros.

San José, Patriarca protector de la Sagrada familia, varón justo y santo…..ruega por nosotros.

San Luis María Grignon de Monfort…..ruega por nosotros.
San Juan Pablo II…..ruega por nosotros.
San Agustín de Hipona…..ruega por nosotros.
Santa Mónica (madre de San Agustín)…..ruega por nosotros.

San Rafael, San Gabriel y San Miguel…..rogad por nosotros.
Ángel de la guarda…..ruega por nosotros.





[1] Nota del editor: tercera semana si se realiza la consagración por primera vez.

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