Día 12. Duodécimo día de la Consagración.
Primera etapa: vaciarse del espíritu del mundo contrario a Jesucristo.
12/12
días.
Esquema
inicial.
1.
Oraciones iniciales:
-Ven Creador Espíritu (pg 290),
-Oh Santa María de Mares Estrella (289) y
-Magnificat (287-288)
-Ven Creador Espíritu (pg 290),
-Oh Santa María de Mares Estrella (289) y
-Magnificat (287-288)
2.
Lectura orante correspondiente al día(pg.
261)
Leer con atención y provecho.
Día 12:
-Jesús expulsa del Templo a los mercaderes (Jn 2,
13-22)
-TVD
97-100 (pgs. 80-83)
3. Jaculatoria “No soy yo el que vive, sino que es Cristo quien vive en mi” (Gal. 2,20)
Oraciones iniciales:
PERO ANTES NOS PONEMOS EN LAS MANOS DEL ESPÍRITU SANTO:
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Veni, Sancte Spíritus
Secuencia de
Pentecostés
Ven Espíritu Divino,
manda tu luz desde el cielo,
Padre amoroso del pobre;
don en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz y
enriquécenos.
Mira el vacío del hombre
si Tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus Siete Dones
según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno. Amén
VEN ESPÍRITU SANTO, VEN POR MARÍA
VENI
SANCTE SPÍRITUS, VENI PER MARÍAM
Nos hacemos como niños y cogemos la mano de la Madre que nos llevará a su Hijo:
AVE MARIS STELLA
Salve
Estrella del mar,
Santa Madre de Dios
y siempre Virgen,
feliz Puerta del cielo.
Tú que has recibido el saludo de Gabriel,
y has cambiado el nombre de Eva,
establécenos en la paz.
Rompe las ataduras de los pecadores,
da luz a los ciegos,
aleja de nosotros los males
y alcánzanos todos los bienes.
Muestra que eres Madre:
reciba nuestras súplicas por medio de Ti,
aquel que, naciendo por nosotros,
aceptó ser Hijo tuyo.
Oh Virgen incomparable!
¡Amable como ninguna!
Haz que, libres de nuestras culpas,
permanezcamos humildes y castos.
Danos una vida limpia,
prepáranos un camino seguro;
para que, viendo a Jesús,
nos alegremos eternamente contigo.
Demos alabanza a Dios Padre,
gloria a Cristo Soberano
y también al Santo Espíritu,
a los Tres un mismo honor. Amén.
MAGNÍFICAT
☩ Proclama mi alma la grandeza del
Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador,
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí.
Su nombre es Santo
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo,
dispersa a los
soberbios de corazón.
Derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes.
A los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo,
acordándose de su misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abrahán
y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en principio ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.✠ Santo Evangelio según San Juan
Juan 2,
13-22
Purificación
del templo y estancia en Jerusalén
13 Se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén.
14 Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas
sentados; y,
15 haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas
y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas;
16 y a los que vendían palomas les dijo: «Quitad esto de aquí: no
convirtáis en un mercado la casa de mi Padre».
17 Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu
casa me devora».
18 Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: «¿Qué signos
nos muestras para obrar así?».
19 Jesús contestó: «Destruid este templo, y en tres días lo
levantaré».
20 Los judíos replicaron: «Cuarenta y seis años ha costado construir
este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?».
21 Pero él hablaba del templo de su cuerpo.
22 Y cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron
de que lo había dicho, y creyeron a la Escritura y a la Palabra que había dicho
Jesús.
☧ Palabra del
Señor… Gloria a Ti, Señor Jesús.
TVD
97-100 pgs. 80-83
⚜ Ave María purísima, sin pecado concebida.
⚜ Ave María purísima, sin pecado concebida.
Los devotos presuntuosos
[97]
Los devotos presuntuosos
son pecadores aletargados en sus pasiones o amigos de lo mundano. Bajo el
hermoso nombre de cristianos y devotos de la Santísima Virgen esconden el
orgullo, la avaricia, la lujuria, la embriaguez, el perjurio, la maledicencia o
la injusticia, etc.; duermen pacíficamente en sus costumbres perversas, sin hacerse
mucha violencia para corregirse, confiados en que son devotos de la Santísima
Virgen; se prometen a sí mismos que Dios les perdonará, que no morirán sin
confesión ni se condenarán, porque rezan el Rosario, ayunan los sábados,
pertenecen a la Cofradía del Santo Rosario, a la del Escapulario u otras
congregaciones, llevan el Hábito o la cadenilla de la Santísima Virgen, etc.
Cuando se les dice que su
devoción no es sino ilusión diabólica y perniciosa presunción, capaz de
llevarlos a la ruina, se resisten a creerlo. Responden que Dios es bondad y
misericordia, que no nos ha creado para la perdición, que no hay hombre que no
peque, que no morirán sin Confesión, que basta un buen "¡Señor,
pequé!" a la hora de la muerte. Y añaden que son devotos de la Santísima
Virgen, que llevan el Escapulario, que todos los días rezan puntual y
humildemente siete Padrenuestros y Avemarías en su honor y algunas veces el
Rosario o el Oficio de la Santísima Virgen, que ayunan, etc.
Para confirmar sus
palabras y enceguecerse aún más, alegan hechos verdaderos o falsos, poco
importa que han oído o leído, en que se asegura que personas muertas en pecado
mortal y sin Confesión, gracias a que durante su vida rezaron algunas oraciones
o cumplieron algunas devociones en honor de la Virgen, resucitaron para
confesarse, o su alma permaneció milagrosamente en el cuerpo hasta que se
confesaron, o a la hora de la muerte obtuvieron de Dios, por la misericordia de
la Santísima Virgen, el perdón y la salvación. ¡Ellos esperan correr la misma
suerte!
[98]
Nada en el cristianismo es
tan perjudicial a las gentes, como esta presunción diabólica. Porque ¿cómo
puede alguien decir, con verdad, que ama y honra a la Santísima Virgen, mientras que
con sus pecados hiere, traspasa, crucifica y ultraja despiadadamente a Jesucristo,
su Hijo? Si María se obligara a salvar por su misericordia a esta
clase de personas, ¡autorizaría el pecado y ayudaría a
crucificar a su Hijo! Y esto, ¿quién osaría siquiera pensarlo?
[99]
Protesto que abusar así de
la devoción a la Santísima Virgen, devoción que, después de la que se tiene a
Nuestro Señor en el Santísimo Sacramento, es la más santa y sólida de todas,
constituye un horrible sacrilegio: el mayor y menos digno de perdón después de
la Comunión sacrílega.
Confieso que para ser verdadero devoto de la Santísima Virgen no es absolutamente necesario que seas tan santo, que llegues a evitar todo pecado, aunque esto sería lo más deseable. Pero es preciso al menos (¡nota bien lo que digo!):
1o mantenerte
sinceramente resuelto a evitar, por lo menos, todo pecado mortal, que ultraja
tanto a la Madre como al Hijo;
2° violentarte para evitar
el pecado;
3° inscribirte en las
cofradías, rezar los cinco o los veinte misterios del Rosario u otras
oraciones, ayunar los sábados, etc.
[100]
Todas estas buenas obras
son maravillosamente útiles, para lograr la conversión de los pecadores, por
endurecidos que estén. Y si tú, lector, fueras uno de ellos, aunque ya tuvieras
un pie en el abismo..., te las aconsejo, a condición de que las realices
con la única intención de alcanzar de Dios por intercesión de la Santísima
Virgen la gracia de la contrición y el perdón de tus pecados, y vencer tus
hábitos malos, y no para permanecer tranquilamente en estado de pecado, no
obstante (nos ayudará) los remordimientos de la conciencia, el ejemplo de Jesucristo y de los
santos, y las máximas del santo Evangelio.
TOTUS TUUS
Todo tuyo
Totus tuus ego sum
et omnia mea tua sunt.
Accípio te in mea omnia.
Præbe mihi cor tuum, María!
Soy todo tuyo
y todo lo mío es tuyo.
Te recibo como mi todo.
¡Dame tu corazón, María!
Bendito y alabado sea Jesucristo.
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