martes, 28 de febrero de 2017

Día 7. Séptimo día de la consagración.


Día 7. Séptimo día de la Consagración.
Primera etapa: vaciarse del espíritu del mundo contrario a Jesucristo. 7/12 días.

Esquema inicial.

1. Oraciones iniciales:
-Ven Creador Espíritu (pg 290),
-Oh Santa María de Mares Estrella (289) y
-Magnificat (287-288)

2. Lectura orante correspondiente al día(pg. 259)
Leer con atención y provecho.

Día 6:
-La tentación de Jesús en el desierto (Lc 4, 1-13)
-TVD 139-143 (110-114)
 
3. Jaculatoria 
“Así que, vosotros sed perfectos como vuestro Padre celestial es Perfecto”.

Oraciones iniciales:

PERO ANTES NOS PONEMOS EN LAS MANOS DEL ESPÍRITU SANTO:

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Veni, Sancte Spíritus
Secuencia de Pentecostés

Ven Espíritu Divino,
manda tu luz desde el cielo,
Padre amoroso del pobre;
don en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
      
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,
divina luz y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre
si Tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado
cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus Siete Dones
según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno. Amén

VEN ESPÍRITU SANTO, VEN POR MARÍA
VENI SANCTE SPÍRITUS, VENI PER MARÍAM

Nos hacemos como niños y cogemos la mano de la Madre que nos llevará a su Hijo:

AVE MARIS STELLA
Salve Estrella del mar,
Santa Madre de Dios
y siempre Virgen,
feliz Puerta del cielo.

Tú que has recibido el saludo de Gabriel,
y has cambiado el nombre de Eva,
establécenos en la paz.

Rompe las ataduras de los pecadores,
da luz a los ciegos,
aleja de nosotros los males
y alcánzanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre:
reciba nuestras súplicas por medio de Ti,
aquel que, naciendo por nosotros,
aceptó ser Hijo tuyo.

Oh Virgen incomparable!
¡Amable como ninguna!
Haz que, libres de nuestras culpas,
permanezcamos humildes y castos.

Danos una vida limpia,
prepáranos un camino seguro;
para que, viendo a Jesús,
nos alegremos eternamente contigo.

Demos alabanza a Dios Padre,
gloria a Cristo Soberano
y también al Santo Espíritu,
a los Tres un mismo honor. Amén.

MAGNÍFICAT
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador,
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones 
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí.
Su nombre es Santo
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo,
dispersa a los soberbios de corazón.

Derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes.
A los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel su siervo,
acordándose de su misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres
en favor de Abrahán
y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en principio ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.

Santo Evangelio según San Lucas
Lucas 4, 1-13

Tentaciones de Jesús
LUCAS4 1 Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y el Espíritu lo fue llevando
2 durante cuarenta días por el desierto, mientras era tentado por el diablo. En todos aquellos días estuvo sin comer y, al final, sintió hambre.
3 Entonces el diablo le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan».
4 Jesús le contestó: «Está escrito: “No solo de pan vive el hombre”».
5 Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo
6 y le dijo: «Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me ha sido dado, y yo lo doy a quien quiero.
7 Si tú te arrodillas delante de mí, todo será tuyo».
8 Respondiendo Jesús, le dijo: «Está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”».
9 Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo,
10 porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti, para que te cuiden”,
11 y también: “Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece contra ninguna piedra”».
12 Respondiendo Jesús, le dijo: «Está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”».
13 Acabada toda tentación, el demonio se marchó hasta otra ocasión.
Palabra del Señor… Gloria a Ti, Señor Jesús.

TVD 139-143 pgs.110-114
Ave María purísima, sin pecado concebida.
[139] 
Es en sí justo y ventajoso para el cristiano el consagrarse totalmente a la Santísima Virgen mediante esta práctica a fin de pertenecer más perfectamente a Jesucristo.

Este buen Maestro no desdeñó encerrarse en el seno de la Santísima Virgen como prisionero y esclavo de amor, ni de vivir sometido y obediente a Ella, durante treinta años. Ante esto, lo repito, se anonada la razón humana, si reflexiona seriamente en la conducta de la Sabiduría encarnada, que no quiso, aunque hubiera podido hacerlo, entregarse directamente a los hombres, sino que prefirió comunicarse a ellos por medio de la Santísima Virgen; ni quiso venir al mundo a la edad de varón perfecto, independiente de los demás, sino como niño pequeño y débil, necesitado de los cuidados y asistencia de su Santísima Madre.

Esta Sabiduría infinita, inmensamente deseosa de glorificar a Dios, su Padre, y salvar a los hombres, no encontró medio más perfecto y rápido para realizar sus anhelos que someterse en todo a la Santísima Virgen, no sólo durante los ocho, diez o quince primeros años de su vida como los demás niños, sino durante treinta años. Y durante este tiempo de sumisión y dependencia glorificó más al Padre que si hubiera empleado estos años en hacer milagros, predicar por toda la tierra y convertir a todos los hombres. ¡Que si no, hubiera hecho esto!

¡Oh! ¡Cuán altamente glorifica a Dios quien, a ejemplo de Jesucristo, se somete a María!

Teniendo, pues, ante los ojos ejemplo tan claro y universalmente reconocido, ¿seremos tan insensatos que esperemos hallar medio más perfecto y rápido para glorificar a Dios que no sea el someternos a María, a imitación de su Hijo?

[140]
En prueba de la dependencia en que debemos vivir respecto a la Santísima Virgen, recuerda cuanto hemos dicho al aducir el ejemplo que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo nos ofrecen de dicha dependencia. El Padre no dio ni da su Hijo sino por medio de María, no se forma hijos adoptivos ni comunica sus gracias sino por Ella.

Dios Hijo se hizo hombre para todos solamente por medio de María, no se forma ni nace cada día en las almas sino por Ella en unión con el Espíritu Santo, ni comunica sus méritos y virtudes sino por Ella.

El Espíritu Santo no formó a Jesucristo sino por María, y sólo por Ella forma a los miembros de su Cuerpo místico y reparte sus dones y virtudes.

Después de tantos y tan apremiantes ejemplos de la Santísima Trinidad, ¿podremos, acaso a no ser que estemos completamente ciegos, prescindir de María, no consagrarnos ni someternos a Ella para ir a Dios y sacrificarnos a Él?

[141]
Veamos ahora algunos pasajes de los Padres, que he seleccionado para probar lo que acabo de afirmar:

"Dos hijos tiene María: un Hombre-Dios y un hombre-hombre. Del primero es madre corporal; del segundo, madre espiritual". Conrado de Sajonia

"La voluntad de Dios es que todo lo tengamos por María. Debemos reconocer que la esperanza, gracia y dones que tenemos dimanan de Ella". San Bernardo

* "Ella distribuye todos los dones y virtudes del Espíritu Santo a quien quiere, cuando quiere, como quiere y en la medida que Ella quiere". San Bernardino

* "Dios lo entregó todo a María, para que lo recibieras por medio de Ella, pues tú eras indigno de recibirlo directamente de Él". San Bernardo

[142]
Viendo Dios que somos indignos de recibir sus gracias inmediatamente de sus manos, dice San Bernardo, las da a María, para que por Ella recibamos cuanto nos quiere dar. Añadamos que Dios cifra su gloria en recibir, de manos de María, el tributo de gratitud, respeto y amor que le debemos por sus beneficios.

Es, pues, muy justo imitar la conducta de Dios, para que añade el mismo San Bernardo "la gracia vuelva a su autor por el mismo canal por donde vino a nosotros". Esto es lo que hacemos con nuestra devoción: ofrecemos y consagramos a la Santísima Virgen cuanto somos y tenemos, a fin de que Nuestro Señor reciba por su mediación la gloria y el reconocimiento que le debemos.

Nos reconocemos indignos e incapaces de acercarnos por nosotros mismos a su infinita Majestad. Por ello acudimos a la intercesión de la Santísima Virgen.

[143]
Esta práctica constituye, además, un ejercicio de profunda humildad, virtud que Dios prefiere a todas las otras. Quien se ensalza rebaja a Dios; quien se humilla lo glorifica.
"Dios se enfrenta a los arrogantes, pero concede las gracias a los humildes". Sant. 4, 5

Si te humillas creyéndote indigno de presentarte y acercarte a Él, Dios se abaja y desciende para venir a ti, complacerse en ti y elevarte, aún a pesar tuyo. Pero si te acercas a Él atrevidamente, sin mediador, Él se aleja de ti y no podrás alcanzarlo.

¡Oh! ¡Cuánto ama Él la humildad de corazón! Y a esta humildad precisamente, nos conduce la práctica de esta devoción, que nos enseña a no acercarnos jamás a Nuestro Señor por nosotros mismos, por amable y misericordioso que Él sea, sino a servirnos siempre de la intercesión de la Santísima Virgen, para presentarnos ante Dios, hablarle y acercarnos a Él, ofrecerle algo o unirnos y consagrarnos a Él. 


TOTUS TUUS
Todo tuyo

Totus tuus ego sum
et omnia mea tua sunt.
Accípio te in mea omnia.
Præbe mihi cor tuum, María!

Soy todo tuyo
y todo lo mío es tuyo.
Te recibo como mi todo.
¡Dame tu corazón, María!

Bendito y alabado sea Jesucristo.







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****Incluyo algunas glosas por la importancia de la comprensión del texto:

1-13 El «hijo de Adán» (3,38), el «segundo Adán» (cfr. Rm 5,14; 1Co 15,22.45- 49), semejante a nosotros en todo menos en el pecado (Hb 2,17; 4,15), fue verdaderamente tentado. Sus tentaciones fueron distintas de las nuestras, pues en Cristo —persona divina— no se daba nuestra inclinación al mal; pero fue-ron verdaderas: por ser verdadero hombre, con reflejos, sentimientos e impresiones humanas, pudo darse «un hiato entre la misión señalada por el Padre y la experiencia que de la misma tenía Jesús, humanamente hablando». Es la tentación ante el aparente fracaso de su tarea redentora; y sobre ello carga Satanás toda su astucia. En la redacción de Lc, la más importante es la tercera tentación (las dos primeras van unidas, la tercera empieza en el v. 9 y lleva al comienzo la partícula griega ).

1 ESPÍRITU SANTO: ¿el Espíritu del Padre, la tercera persona de la Trinidad? No necesariamente, ni de forma directa; puede tratarse de uno de los significados de la palabra ruah en el AT: «un impulso vehemente irresistible» (aunque, ¿qué otra fuerza puede mover irresistiblemente el alma de Jesús, sino el Espíritu del Padre?). EN EL DESIERTO: mejor que al desierto. BAJO LA ACCIÓN DEL ESPÍRITU (lit. en el espíritu): el v. 14 completa el giro idiomático: con la fuerza del espíritu.
5 EN UN INSTANTE: se trata, por tanto, de una visión imaginaria.
6 Tentación de dominio sobre toda la tierra habitada (la oikouménê). Para el poder actual del diablo en el mundo, cfr. 1Jn 5,19 y Ap 13,1-8 (especialmente los vs. 7-8). SU ESPLENDOR: lit. el esplendor de ellos (de los reinos): la gloria del poder político. SE ME HA ENTREGADO, me ha sido entregado: si, como en la frase parecida de Mt 28,18, se trata de voz pasiva* “teológica”, cuyo sujeto* agente es Dios, el tentador blasfema.

9 La tentación concluye en JERUSALÉN; allí volverán a enfrentarse Jesús y el Tentador «en un momento oportuno» (v. 13), cuando llegue la gran prueba (= tentación) de la Pasión.

12 PERO: Gr. 1. LE RESPONDIÓ ASÍ: cfr. Mt 3,15.

13 TODO INTENTO DE PROBARLO: lit. toda tentación (o prueba), que puede entenderse: toda clase o tipo de tentación; o, como preferimos: todo intento o tentativa de probar a Jesús en aquel momento. Jesús fue tentado también en otras ocasiones; los instrumentos de los que se valió el Adversario fueron los fariseos, la muchedumbre (cfr. Jn 6,14-15), e incluso Pedro (cfr. Mt 16,22-23).


Notas del Nuevo Testamento, P.Manuel Iglesias, S.J. 

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