Madonna del Soccorso. Collegiata di San Martino. Benevento.
Como bien explicaba el P. Amorth, la acción ordinaria (habitual) del demonio, sobre toda persona humana, es la tentación. Colaborando con la primacía de la Gracia, acrisolamos nuestro corazón. Rechazandola libremente o por debilidad, lo manchamos.
Dios que es misericordioso, nunca nos va a dar una tentación superior a nuestras fuerzas. Dios, permite un mal, siempre por un bien mayor.
La Consagración a Jesucristo, por María va a venir acompañada de muchas gracias, bendiciones, purificaciones. Pero también de un aumento de tentaciones. Sobre todo, allí donde somos más débiles. Observarás mayores discusiones de lo habitual, malos entendidos, sequedades, parálisis de sueño, una tremenda acedia (pereza espiritual) a la hora de rezar y meditar... y un largo etcetera.
San Luis María Grignon, habló muy claro al respecto:
"Preveo cláramente que muchas bestias rugientes llegan furiosas a destrozar con sus diabólicos dientes este humilde escrito y a aquel de quien el Espíritu Santo se ha servido para redactarlo, o sepultar, al menos, estas líneas en las tieneblas o en el silencio de un cofre a fin de que no sea publicado.
Atacarán, incluso, a quienes lo lean y pongan en práctica.
Pero, ¿qué importa? ¡Tanto mejor! ¡Esta perspectiva me anima y hace esperar un gran éxito, es decir, la formación de un gran escuadrón de aguerridos y valientes soldados de Jesús y de María, de uno y otro sexo" (TVD 114)
Añado un comentario textual a pie de página, del Evangelio según San Mateo de 1976, de la Biblia de Navarra.(Acerca de la anunciación angélica a María Santísima y el repudio secreto de San José, por su embarazo)
"Hemos de contemplar la magnitud de la prueba a la que Dios sometió a estas dos almas santas de José y María.
No nos puede extrañar que también nosotros seamos sometidos a veces, a lo largo de la vida, a pruebas duras; en ellas hemos de confiar en Dios y permanecerle fieles, a ejemplos de Jesús y María".
¡Ánimo!
Concluyo con San Bernardo de Claraval:
"Cualquiera que seas:
Si se
desencadena el huracán de las tentaciones, si las
tribulaciones están a punto de doblegarte, mira a la Estrella invoca a
María.
Si el
orgullo la ambición y la envidia amenazan sumergirte en
su oleaje, mira a la Estrella, invoca a
María.
Si la
ira, la avaricia y la lujuria, hacen zozobrar la frágil
navecilla de tu alma, mira
a la Estrella, Invoca a María.
Si
confundido y aterrado por la enormidad de los crímenes que
gravitan sobre tu conciencia, te sientes
próximo a hundirte en la desesperación, mira a la Estrella,
invoca a María
No se aparte su nombre de tus labios ni de tu corazón".
Virgen María, ayúdame con esta tentación que me quiere arrastrar al pecado
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