sábado, 4 de marzo de 2017

Día 10. Décimo día de la Consagración


Día 10. Décimo día de la Consagración.
Primera etapa: vaciarse del espíritu del mundo contrario a Jesucristo. 10/12 días.

Esquema inicial.

1. Oraciones iniciales:
-Ven Creador Espíritu (pg 290),
-Oh Santa María de Mares Estrella (289) y
-Magnificat (287-288)

2. Lectura orante correspondiente al día(pg. 260)
Leer con atención y provecho.

Día 10:
- La pecadora perdonada(Lc 7, 36-50)
-TVD 111-114 (pgs. 88-91)
 
3. Jaculatoria 
“Sus numerosos pecados le quedan perdonados, por el mucho amor que demostró” (Lc 7, 47)

Oraciones iniciales:

PERO ANTES NOS PONEMOS EN LAS MANOS DEL ESPÍRITU SANTO:

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Veni, Sancte Spíritus
Secuencia de Pentecostés

Ven Espíritu Divino,
manda tu luz desde el cielo,
Padre amoroso del pobre;
don en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
      
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,
divina luz y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre
si Tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado
cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus Siete Dones
según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno. Amén

VEN ESPÍRITU SANTO, VEN POR MARÍA
VENI SANCTE SPÍRITUS, VENI PER MARÍAM

Nos hacemos como niños y cogemos la mano de la Madre que nos llevará a su Hijo:

AVE MARIS STELLA
Salve Estrella del mar,
Santa Madre de Dios
y siempre Virgen,
feliz Puerta del cielo.

Tú que has recibido el saludo de Gabriel,
y has cambiado el nombre de Eva,
establécenos en la paz.

Rompe las ataduras de los pecadores,
da luz a los ciegos,
aleja de nosotros los males
y alcánzanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre:
reciba nuestras súplicas por medio de Ti,
aquel que, naciendo por nosotros,
aceptó ser Hijo tuyo.

Oh Virgen incomparable!
¡Amable como ninguna!
Haz que, libres de nuestras culpas,
permanezcamos humildes y castos.

Danos una vida limpia,
prepáranos un camino seguro;
para que, viendo a Jesús,
nos alegremos eternamente contigo.

Demos alabanza a Dios Padre,
gloria a Cristo Soberano
y también al Santo Espíritu,
a los Tres un mismo honor. Amén.

MAGNÍFICAT
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador,
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones 
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí.
Su nombre es Santo
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo,
dispersa a los soberbios de corazón.

Derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes.
A los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel su siervo,
acordándose de su misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abrahán
y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en principio ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.

Santo Evangelio según San Lucas
Lucas 7, 36-50
La pecadora perdonada
36 Un fariseo le rogaba que fuera a comer con él y, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa.
37 En esto, una mujer que había en la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino trayendo un frasco de alabastro lleno de perfume y,
38 colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con las lágrimas, se los enjugaba con los cabellos de su cabeza, los cubría de besos y se los ungía con el perfume.
39 Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo: «Si este fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que lo está tocando, pues es una pecadora».
40 Jesús respondió y le dijo: «Simón, tengo algo que decirte». Él contestó: «Dímelo, Maestro».
41 «Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta.
42 Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de ellos le mostrará más amor?».
43 Respondió Simón y dijo: «Supongo que aquel a quien le perdonó más». Y él le dijo: «Has juzgado rectamente».
44 Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? He entrado en tu casa y no me has dado agua para los pies; ella, en cambio, me ha regado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos.
45 Tú no me diste el beso de paz; ella, en cambio, desde que entré, no ha dejado de besarme los pies.
46 Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume.
47 Por eso te digo: sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho, pero al que poco se le perdona, ama poco».
48 Y a ella le dijo: «Han quedado perdonados tus pecados».
49 Los demás convidados empezaron a decir entre ellos: «¿Quién es este, que hasta perdona pecados?».
50 Pero él dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado, vete en paz».
Palabra del Señor… Gloria a Ti, Señor Jesús.

TVD 111-114 pgs.88-91
Ave María purísima, sin pecado concebida.

[111]
Muchas cosas he dicho ya de la Santísima Virgen. Muchas más tengo que decir. E infinitamente más serán las que omita, ya por ignorancia, ya por falta de talento o tiempo.

Cuanto digo responde al propósito que tengo de hacer de ti, un verdadero devoto de María y un auténtico discípulo de Jesucristo.
 
[112]
¡Oh! ¡Qué bien pagado quedaría mi esfuerzo si este humilde escrito cae en manos de una persona bien dispuesta, nacida de Dios y de María "y no de linaje humano, ni por impulso de la carne ni por deseo de varón", y le descubre e inspira, por gracia del Espíritu Santo, la excelencia y precio de la verdadera y sólida devoción a la Santísima Virgen que ahora voy a exponerte!

¡Si supiera que mi sangre pecadora serviría para hacer penetrar en tu corazón, lector amigo, las verdades que escribo en honor de mi amada Madre y soberana Señora, de quien soy el último de los hijos y esclavos, con mi sangre, en vez de tinta, trazaría estas líneas, pues abrigo la esperanza de hallar personas generosas que, por su fidelidad a la práctica que voy a enseñarte, resarcirán a mi amada Madre y Señora por los daños que ha sufrido a causa de mi ingratitud e infidelidad!

[113]
Hoy me siento, más que nunca, animado a creer y esperar aquello que tengo profundamente grabado en el corazón y que vengo pidiendo a Dios desde hace muchos años, a saber, que tarde o temprano la Santísima Virgen tenga más hijos, servidores y esclavos de amor que nunca, y que, por este medio, Jesucristo, mi Señor, reine como nunca en los corazones.

[114]
Preveo claramente que muchas bestias rugientes llegan furiosas a destrozar con sus diabólicos dientes este humilde escrito y a aquel de quien el Espíritu Santo se ha servido para redactarlo, o sepultar, al menos, estas líneas en las tinieblas o en el silencio de un cofre a fin de que no sea publicado.

Atacarán, incluso, a quienes lo lean y pongan en práctica.

Pero ¿qué importa? ¡Tanto mejor! ¡Esta perspectiva me anima y hace esperar un gran éxito, es decir, la formación de un gran escuadrón de aguerridos y valientes soldados de Jesús y de María, de uno y otro sexo, que combatirán al mundo, al demonio y a la naturaleza corrompida en los tiempos como nunca peligrosos que van a llegar!

"Entiéndelo, lector". "El que pueda con eso, que lo haga".

TOTUS TUUS
Todo tuyo

Totus tuus ego sum
et omnia mea tua sunt.
Accípio te in mea omnia.
Præbe mihi cor tuum, María!

Soy todo tuyo
y todo lo mío es tuyo.
Te recibo como mi todo.
¡Dame tu corazón, María!

Bendito y alabado sea Jesucristo.

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