viernes, 24 de febrero de 2017

Día 1. Primer día de la Consagración.

Día 1.
Primer día de la Consagración.
Etapa 1/4: Vaciarse del espíritu del mundo contrario a Jesucristo. 1/12 días.

Oraciones iniciales:
En estos primeros doce días, las oraciones son las siguientes. Y las encontraremos al final.
- Ven Creador Espíritu.
- Ave Maris Stella.
- Magníficat.

Lectura orante correspondiente al día:
Consejo: Leer o escuchar con atención, evitando en la medida de lo posible, toda distracción. Es aconsejable acompañarlo de pausas  para favorecer la meditación:

1. Evangelio:
- Las 8 bienaventuranzas y las maldiciones. Mt 5,1-12 y Lc 6, 24-26
2. Tratado de la Verdadera Devoción:
-TVD 226-227
-TVD 213-214
3. Jaculatoria:
- “Felices los pobres porque de vosotros es el Reino de los Cielos”. Lc 6, 20.

Santo Evangelio según San Mateo. Mt 5, 1-12

1 Al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos;
2 y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo:
3 «Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
4 Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.
5 Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.
7 Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
8 Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
9 Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
10 Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
11 Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa.
12 Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo, que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.
Palabra del Señor… Gloria a Ti, Señor Jesús.

Santo Evangelio según San Lucas. Lc 6, 24-26
24 Pero ¡ay de vosotros, los ricos, porque ya habéis recibido vuestro consuelo!
25 ¡Ay de vosotros, los que estáis saciados, porque tendréis hambre!
¡Ay de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis!
26 ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que vuestros padres hacían con los falsos profetas.
Palabra del Señor… Gloria a Ti, Señor Jesús.

TRATADO DE LA VERDADERA DEVOCIÓN:
Puntos: 226; 217; 213; 214:

[226] Aunque lo esencial de esta devoción consiste en lo interior, no por eso carece de prácticas exteriores, que no conviene descuidar:
"¡Esto había que practicar y aquello no dejarlo!" Ya porque las prácticas exteriores, debidamente ejercitadas, ayudan a las interiores, ya porque recuerdan al hombre acostumbrado a guiarse por los sentidos lo que ha hecho o debe hacer, ya porque son a propósito para edificar al prójimo que las ve, cosa que no hacen las prácticas puramente interiores.

Por tanto, que ningún mundano ni crítico autosuficiente nos venga a decir que la verdadera devoción está en el corazón, que hay que evitar las exterioridades, ya que pueden ocultar la vanidad; que no hay que hacer alarde de la propia devoción, etc. Yo les respondo con mi Maestro: "Alumbre también la luz de vosotros a los hombres: que vean el bien que hacen y glorifiquen al Padre del Cielo". Lo cual no significa -como advierte San Gregorio- que debemos realizar nuestras buenas acciones y devociones exteriores para agradar a los hombres y ganarnos sus alabanzas, esto sería vanidad, sino que, a veces, las realicemos delante de los hombres con el fin de agradar a Dios y glorificarle, sin preocuparnos por los desprecios o las alabanzas de las criaturas.

Voy a proponer, en resumen, algunas prácticas exteriores, llamadas así no porque se  hagan  sin  devoción  interior, sino porque tienen  algo  externo  que  las distingue de las actitudes puramente interiores.

Preparamos y hacemos la Consagración Total

[227] Quienes deseen abrazar esta devoción particular, no erigida aún en Asociación, aunque sería mucho  de desear que lo fuera- dedicarán  como he dicho en la primera parte de esta “Preparación al Reinado de Jesucristo” doce días, por lo menos, a vaciarse del espíritu del mundo, contrario al de Jesucristo, y tres semanas en llenarse de Jesucristo por medio de la Santísima Virgen.

Efectos maravillosos de la consagración total en quien le es fiel.

[213] Persuádete, hermano carísimo, de que,  si  eres  fiel  a  las  prácticas interiores y exteriores de esta devoción, las cuales voy a indicar más adelante, participarás de los frutos maravillosos que produce en el alma fiel.

Nos conocemos y valoramos a nosotros mismos. Conocimiento y desprecio de sí mismo.

Gracias a la luz que te comunicará el Espíritu Santo, por medio de María su querida Esposa, conocerás tu mal fondo, tu corrupción e incapacidad para todo lo bueno, si Dios no es su principio como autor de la naturaleza o de la gracia. Y, a consecuencia de este conocimiento, te despreciarás y no pensarás en ti mismo sino con horror. Te considerarás como un caracol, que todo lo mancha con su baba; como un sapo, que todo lo emponzoña con su veneno, o como una serpiente maligna, que sólo pretende engañar. 
En fin, la humilde María te hará partícipe de su profunda humildad, y mediante ella te despreciarás a ti mismo, no despreciarás a nadie y gustarás de ser menospreciado.
Participación en la fe de María

[214] La Santísima Virgen te hará partícipe de su fe. La cual fue mayor que la de todos los Patriarcas, Profetas, Apóstoles y todos los demás santos. Ahora que reina en los Cielos, no tiene ya esa fe, porque ve claramente todas las cosas en Dios por la luz de la gloria. Sin embargo, con el consentimiento del Altísimo, no la ha perdido al entrar en la gloria: la conserva para comunicarla a sus más fieles servidores en la Iglesia peregrina.

Por lo mismo, cuanto más te granjees la benevolencia de esta augusta Princesa y Virgen fiel, tanto más reciamente se cimentará toda tu vida en la fe verdadera:

Una fe pura, que hará que no te preocupes por lo sensible y extraordinario;

Una fe viva y animada por la caridad, que te hará obrar siempre por el amor más puro;

Una fe firme e inconmovible como una roca, que te ayudará a permanecer siempre firme y constante en medio de las tempestades y tormentas;

Una fe penetrante y eficaz, que como misteriosa llave maestra te permitirá entrar en todos los misterios de Jesucristo, las postrimerías del hombre y el corazón del mismo Dios;

Una fe intrépida, que te llevará a emprender y llevar a cabo, sin titubear, grandes empresas por Dios y por la salvación de las almas; 

finalmente,

Una fe que será tu antorcha encendida, tu vida divina, tu tesoro escondido de la divina sabiduría y tu arma omnipotente, de la cual  te servirás para  iluminar a los que viven en tinieblas y sombras de muerte, para inflamar a los tibios y necesitados del oro encendido de la caridad, para resucitar a los muertos por el pecado, para conmover y convertir con tus palabras suaves y poderosas los corazones de mármol y los cedros del Líbano y, finalmente, para resistir al demonio y a todos los enemigos de la salvación.

Oraciones de cada día durante la primera etapa de doce días, para vaciarte del espíritu del mundo, contrario al de Jesucristo.

Veni Creator Spíritus

    Ven Espíritu Divino,
manda tu luz desde el cielo,
Padre amoroso del pobre;
don en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
   
    Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.

   Entra hasta el fondo del alma,
divina luz y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre
si Tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado
cuando no envías tu aliento.

   Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.

   Reparte tus Siete Dones
según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.

Ave Maris Stella
    Ave Maris Stella (latín: "Salve Estrella del Mar"): con estas palabras comienza un himno latino que se canta en la Liturgia de las Horas de la Iglesia católica en las fiestas marianas, concretamente en Vísperas.
    El texto se conoce desde el siglo IX; su autor es desconocido (se ha atribuido a autores diversos; entre ellos, a Venantius Fortunatus y Pablo Diácono).
    El título "Estrella del mar", que aquí se aplica a María, procede de la interpretación de un pasaje del Antiguo Testamento, concretamente del primer libro de los Reyes, 18,41-45.
    En este pasaje, se describe cómo una pequeña nube se eleva sobre el mar y anuncia al profeta Elías, mientras oraba en el monte Carmelo, la venida de la lluvia. Ésta era una gran noticia, pues anunciaba el fin de la grave sequía. Se aplica esta imagen a María, pues ella anuncia la venida del Salvador, que pone fin a la sequía del hombre, que ansía la redención. Jesús es la fuente que sacia la sed de Dios que tienen los hombres.

    Salve Estrella del mar,
Santa Madre de Dios
y siempre Virgen,
feliz Puerta del cielo.

    Tú que has recibido el saludo de Gabriel,
y has cambiado el nombre de Eva,
establécenos en la paz.

    Rompe las ataduras de los pecadores,
da luz a los ciegos,
aleja de nosotros los males
y alcánzanos todos los bienes.

    Muestra que eres Madre: 
reciba nuestras súplicas por medio de Ti, 
aquel que, naciendo por nosotros,
aceptó ser Hijo tuyo.

    ¡Oh, Virgen incomparable! ¡Amable como ninguna!
Haz que, libres de nuestras culpas,
permanezcamos humildes y castos.

    Danos una vida limpia,
prepáranos un camino seguro; para que, viendo a Jesús,
nos alegremos eternamente contigo.

    Demos alabanza a Dios Padre,
gloria a Cristo Soberano y también al Santo Espíritu,
a los Tres un mismo honor. Amén.

Magnificat 
La oración está inspirada en numerosos pasajes del Antiguo Testamento, entre los cuales se cuentan:

El «Magníficat» se inspira particularmente en el «cántico de Ana» 1Samuel 2:1-11, así como en la visión de Isaías 29:19-20 y en los Salmos 113:7,136:17-23,146:1-9 que forman parte de los Hal-lel recitados en las mañanas de Pascua, con los cuales guarda distintas afinidades literarias.
1Samuel 2:1,11   Habacuc 3:18  Job 12:19-20,5:11,12 y
Salmos 34:23;111:9;103:1;89:11;107:9;34:10;98:3;22:9.


Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.

    Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

    Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón.

    Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

    Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

    Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.



2 comentarios: